viernes, 16 de octubre de 2009

LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES (Stieg Larsson)

Tras este nombre tan extenso se esconde una novela de 665 páginas, negra por más señas y que constituyó el boom novelístico de 2008 en el mundo.

Stieg Larsson su autor, un novelista sueco, fallecido prematuramente a los 50 años de un ataque al corazón, hacía varios días que había entregado a su editor el tercer tomo de su Millennium, una trilogía policial protagonizada por dos personajes nuevos en la novela negra.

Haciendo un inciso, parece que el título Milenio tiene un cierto olor a muerte; hace seis años en octubre de 2003 en Tailandia fallecía también de un fallo cardíaco Manuel Vázquez Montalbán con su título Milenio recién terminado convertido en su obra póstuma, editada a finales del mismo mes.

Larsson, cuyo oficio principal era periodismo especializado en temas de violencia ultraderechista y económica ha dado una novela de proyección universal.
Sus personajes, un periodista especializado en levantar corrupciones económicas, Michael Blomkvist y una investigadora “free lance” socialmente inadaptada, Lisbeth Salander, recuperan para la novela negra el protagonismo de una figura en franco declive, el investigador privado.

Rompe con sus personajes, por lo tanto con los Wallander, Brunetti, Montalbano, Bosch, Jaritos Bevilacqua, Delicado… todos ellos pertenecientes a los cuerpos de investigación oficiales de policía o de la administración y que amenazaban con extinguir a aquellos personajes que la novela negra acuñó (Spade, Continental Op, Archer…).Una razón más para valorar la presencia de la sociedad civil en la lucha, también, por la salud social.

Los personajes principales son descritos con gran agudeza y sus carencias no nos son ocultadas.
El argumento, la búsqueda de una chica de una familia de alta posición social desparecida hace treinta y seis años y presumiblemente asesinada por una de las personas pertenecientes a la extensa familia. Su tío, el decano de la familia
en activo y que vive obsesionado por la muerte de Harriet aprovecha la situación de Blomkvist, condenado por difamación hacia otro gran empresario sueco, para encargarle la investigación del caso. Para ello ha de utilizar como tapadera la realización de una biografía de su empleador, el empresario Henry Vanger.

Toda una historia familiar sale a relucir en una trama salpicada de presencias y ausencias, odios y amores que va conduciendo no sin los consabidos conflictos a Blomkvist hacia la resolución del caso.

Pero… no es Blomkvist quien resuelve el caso sino el tándem Blomkvist-Salander, esta última contratada como investigadora colaboradora, con la historia bien avanzada. Ambos marcan otra novedad en el género ya que no hay un jefe y una subordinada, ni a la inversa, sino una “gestalt” que trabaja en un todo hacia la salida lógica de la situación.


¿Es esta novela la “Neuromante” de la Novela Negra? En 1984 William Gibson con su novela del título anterior marca un antes y un después en la novela de Ficción Científica al introducir la informática, en profundidad, en la trama y dando lugar al nacimiento del “Cyberpunk” como una variante en el género.

Los recursos informáticos y la utilización de los mismos en profundidad ¿podrían dar origen al Cyberpunk a partir de esta novela de Larsson en el género?
Larsson no deja títere con cabeza en su crítica a los profesionales de la información; y si bien la polariza hacia los periodistas económicos no deja dudas de que sus andanadas van a la línea de flotación de la prensa global (política, económica, social, internacional) en que son muy pocos los medios no sometidos a los poderosos.
La crítica a las instituciones, políticas, económicas y sociales es más larvada pero está presente en el retrato de Lisbeth y su trayectoria.

Hay un guiño de respeto, casi imperceptible, a Leif GW Persson (autor de la Trilogía del Declive del Estado del Bienestar) al hacer referencia al “catedrático de criminología que sale en el programa de TV “Se busca” y que da estadísticas de personas desaparecidas en Suecia”.

Esta novela puede generar críticas de todo tipo, ya lo ha hecho, pero es una novela de su tiempo, el nuestro, trata problemas de hoy y no disimula su denuncia social. Sus personajes hablan, discuten, se aman, se odian a muerte y… están sometidos a los vaivenes de la vida y a esos personajes les pasan cosas, como a D. Quijote y Sancho les pasaban.

Una novela que pese a su elevado número de páginas se lee con avidez y es que Larsson ha conseguido que le guste, pese a ser una novela negra, a la gente no amante del género.

Los hombres que no amaban a las mujeres no sólo existían y existen en Suecia, ya se encarga Larsson de darnos unas estadísticas escalofriantes con respecto a ese país en donde no se caracterizan, precisamente, por su “sangre caliente”.

Sevilla 06-10-2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario